lunes, 21 de junio de 2010

Oido...



Todas las cosas que te diría con sólo tenerte al frente, me centraría en el órgano sensorial más importante después de la vista. Te contaría sobre las cosas que hay en el mundo si sólo fueras eso, oídos, cerebro y corazón, usaría palabras amables, palabras dulces para describir mis sentimientos, te diría lo mucho que te amo, lo importante que eres pese a que tú no puedes verme, ni tienes la mínima idea de quien soy.

Existen muchos tipos de palabras, las hay duras y bruscas, también tiernas y llenas de amor, malolientes y de burla, pero a ti solo te diría aquellas que a nadie más he dicho, y tú en tu ingenuidad, te reirás de mí como siempre. Sin embrago, en el libreto de tu corazón se van escribiendo las cosas que día a día te digo, mi valentía es suficiente y con expresarme libremente tengo, te contaría que te adoro y con cada frase diferente va latente un tímido beso y en toda su amplitud un agradecimiento, porque el ejercicio de escuchar es muy poco practicado y a la vez indispensable.

Si te tuviese cerca, muy cerca, te describiría lo suaves que son las caricias, lo saldas que son las lágrimas, la cantidad de dientes que se pueden apreciar en una sonrisa y muchos más si es una carcajada, te susurraría como canta el mar sin descanso, lo blanca que es la espuma cada vez que una ola mure y renace en la orilla. Todo y más te contaría, porque con las palabras puedes hacer muchos regalos, haces feliz a alguien o llenarlo de ánimo en un momento de pesar.

Si fueras sólo eso oídos, cerebro y corazón, me asombraría de lo rápido que late tu corazón porque estuviera al descubierto ante mis palabras.

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