lunes, 18 de octubre de 2010

Estuve perdida hasta que me encontraste


Lo cierto es que tenía un poco descuidado mi Blog, me deberán disculpar, sin duda una serie de acontecimientos me han apartado de él, y lo cierto es que el amor me ha sorprendido.
Seguramente estarán pensando que si no tengo algo mejor de lo que hablar pero la verdad es que al fin ha llegado a mi vida el amor que tanto he pedido, a veces riendo y otras llorando y vaya que lloré. No, tampoco me he encontrado una lámpara mágica y la he frotado esperando a que saliera el genio y me concediera lo que pido, para nada, sino aunque parezca mentira (y me cuesta creer) apareció sin avisar la persona que hace que mis días no sean tan aburridos. Dentro de toda la desconfianza que me pueda suscitar, en la marea de ideas y situaciones en la que vivo a diario, sinceramente no me lo creo, es alguien maravilloso, con defectos, aspectos muy positivos y sobretodo humano, muy humano.
Ambos compartimos situaciones similares, él estaba sumido dentro de una mina de la cual no quería salir y yo en cambio, estaba pérdida en un bosque cada vez mas y mas amplio, distraída con lo que yo creía destellos de luz alegre, sin darme cuenta que solo eran espejismos, mientras me perdía más y más, él seguía cavando. A veces sin querer manteníamos un tímido contacto en la distancia, él desde la oscuridad de la caverna y yo entre el forrage del bosque.
Un día surgió lo inesperado, yo aún estaba incrédula ante lo que ocurría, me cansé de caminar en círculo y me detuve ante un árbol enorme, me senté a esperar, de nada valía seguir las luces que no van a ningún lado y sin darme cuenta, llegó me tomó de la mano y caminamos como debíamos haberlo hecho hace años, o quizá en otra vida.
Sorprendida ante aquel hombre de serenidad inquebrantable y ojos melancólicos, supe que debía verlo de nuevo aunque sólo fuéramos amigos, sólo para charlar otra vez, aunque quizá tenía el presentimiento de que eso posiblemente no sucedería. Sin embargo, se quedó a mi lado, apostó todo lo que tenia a mano y decidió empezar a emerger de la mina, una desconocida que le abría las manos, los oídos y quizá parte de su corazón para que se refugiase en él, era la merecedora del tesoro más precioso que ni el mismísimo oro del mundo puede pagar y no es más que un amor bueno, un amor que tiene algo de amistad, algo de inocencia, algo de ocurrencia y sobretodo ganas de amar.
Aún no me lo creo, de noche cuando lo veo dormir entre sonrisas, el corazón se me expande, se me llena de júbilo y en silencio agradezco a Dios por ser tan afortunada, el amor existe y me ha tocado una parte de su hechizo a mi, una mortal mas de este planeta. : )